Repsol ha decidido paralizar la campaña de sondeos que inició a finales del pasado noviembre al este de las Islas Canarias. La compañía, que ha emprendido una búsqueda de hidrocarburos envuelta en la polémica, está a punto de rematar los trabajos de prospección que se incluyen en la autorización que tiene concedida para la cuadrícula Sandía, ubicada a unos 60 kilómetros de distancia de las costas de Fuerteventura y Lanzarote. El plan inicial de la empresa era que, si los resultados logrados en esta campaña eran lo suficientemente concluyentes, se realizaría un segundo sondeo de forma inmediata más al sur, en la cuadrícula Chirimoya. Pero Repsol no utilizará en este momento la autorización que tiene del Gobierno central para ese segundo pozo. De hecho, según han indicado fuentes del sector, la empresa enviará a las costas de Angola el buque de exploración Rowan Renaissance que ha contratado para los sondeos submarinos en cuanto se concluya el sellado del pozo de Sandía la próxima semana.

El barco continuará en Angola con otra campaña de prospecciones. La duda es si esta paralización se convierte en definitiva o si los trabajos se retoman en unos meses, algo que no ha aclarado este martes Repsol, que no ha querido hacer comentarios. Para despejar esta incógnita habrá que esperar a los resultados de los análisis de las muestras que los técnicos han tomado desde noviembre. Se espera que la compañía los haga públicos en unos días. Repsol estimó al inicio de los trabajos que la probabilidad de éxito en la campaña canaria estaba entre el 15% y el 20%.

Las fuentes consultadas resaltan que el envío del buque Rowan Renaissance a Angola no implica que se haya fracasado en la búsqueda de petróleo o gas. Serán los resultados de los análisis técnicos, que se conocerán en breve, los que determinen si retoman más adelante los sondeos en las islas y si la empresa solicita al Gobierno los permisos para pasar a la fase de extracción en la ya explorada cuadrícula Sandía.

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